Los Llanos del Republicano

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domingo, 12 de septiembre de 2010

Tormenta de Verano

Que sería de un verano sin un día de tormenta, el martes 17 de agosto, primer día laborable tras las fiestas de San Roque en Villaluenga amaneció nublado con el sonido de truenos y con el rastro de suelo mojado por algún chaparrón tempranero. Luego el cielo se abrió y hacía buen tiempo, es decir que no hacía tanto calor como días pasados por lo que apetecía dar un paseo por el pueblo con la familia, comprobando como la gente vuelve a sus tareas cotidianas; la obra del Paseo de La Manga (parece ser que también recibe el nombre de Paseo de Los Caños o así al menos lo llaman en el programa de fiestas de Villaluenga); la obra del museo de la Literatura, incluso me di una vuelta por la Iglesia del Salvador y su peculiar cementerio...


y allí comprobé como se había arreglado los alrededores (la parte de atrás) con explanada, camino y escalera de piedra...


y también le eché un vistazo a la primera fase del Paseo del Tajo, un camino empinado que discurre por la parte alta del pueblo y que en un futuro será (por así decirlo) la circunvalación del pueblo...

  Paseo del Tajo, al Oeste unas pocas nubes blancas

Zona donde se acaba el camino empedrado, al fondo la Sierra Peralta y un frente de nubes negras que entra por el Este.

Desde aquí se pueden obtener unas peculiares vistas de la Iglesia del Salvador y de lo que queda de su cúpula, que de no ser por la invasión de tropas napoleónicas todavía seguiría en pie.


Cada vez se estaba poniendo más negro el día y amenazaba lluvia, así que nada mejor que meterse en el bar Alameda a tapear jamón serrano con el exquisito pan artesano de la panadería de Vicente y a tomar una cerveza bien fría. En este bar hay una terraza, que bien podría ser un mirador, desde la que se pueden ver unas vistas muy buenas de la Sima y La Manga de Villaluenga... y en estas empezó a llover, acompañado el chaparrón de relámpagos y truenos (truenos que en esta zona resuenan de una forma muy peculiar por el eco que ofrecen las montañas) y así pude hacer unas cuantas fotos del bonito espectáculo de una tormenta de verano en Villaluenga del Rosario:




llueve en La Manga...

...y en la Sima de Villaluenga.

Pero para mí, lo mejor de todo no es que no hace calor, lo mejor es el olor a campo y tierra mojada.

2 comentarios:

Esperanza Cabello Izquierdo dijo...

Realmente eres un privilegiado por vivir en Villaluenga.
Tu relato hace que los que vivimos cerquita (aunque últimamente no subimos mucho)hayamos podido ir, con la imaginación, dando un paseíto por el pueblo, recordar lo bueno que está el pan de Vicente y sentir el fresquito de la lluvia de agosto contigo.
¡Estupendo!

Selu dijo...

Gracias por tu comentario Esperanza, me alegro que te guste la entrada. Soy un privilegiado por tener casa en Villaluenga, y vivir muchos fines de semana y vacaciones allí, pero realmente no vivo en Villaluenga. Este pueblo y su entorno es un remanso de paz que tiene algo de "adictivo"...