Los Llanos del Republicano

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domingo, 29 de noviembre de 2009

Por los alrededores del puente romano

A continuación muestro algunas de las espcies que pude fotografiar el pasado 15 de noviembre por los alrededores del puente romano (sigo pensando que tiene más pinta de medieval que de romano pero no encuentro mucha información sobre el mismo).



Maduran los escaramujos de Rosa canina junto al arroyo Albarrán.


Ulex parviflorus

Muy cerca de la anterior florece este tojo, espero no haberme equivocado en la identificación ya que hay por la zona varias especies del género Ulex.



Flor del pepinillo del diablo, Ecballium elaterium

Esta especie crece muy cerca del camino que sube al puerto de Las Viñas, en las inmediaciones de las instalaciones deportivas. Es una cucurbitácea, es decir pariente de calabazas, pepinos y melones, pero a diferencia de estos su fruto es amargo y tóxico, lo cual no impide que sea siempre un reclamo para los niños, recuerdo cuando yo lo era y jugaba a tocarlos para ver si "explotaban" soltando las semillas a varios metros.

Y hablando de niños, aquí una foto del ramillete de flores que fue recogiendo mi hija de seis años, mientras el pesado de su padre no paraba de hacer fotos. Le tengo dicho que no corte flores del campo, pero la verdad,...¿quien siendo niño no hizo alguna vez un ramillete? así que le dije que le había quedado muy bonito y ella me dijo que era un regalo para su madre...y que le hiciera una foto.



 

sábado, 28 de noviembre de 2009

Un paseo por La Mina y el camino de Las Glorietas

Hace poco, en el blog amigo de Entorno a Jerez, en un bonito artículo sobre los sifones de la Junta de Los Ríos se citaban algunas de las infraestructuras recogidas en el catálogo de patrimonio hidráulico de Andalucía y la verdad es que me sorprendió que no se mencionase al acueducto subterráneo de Villaluenga, investigando un poco he comprobado que efectivamente no está incluido dentro del citado catálogo así que espero que en una futura revisión la Agencia Andaluza del Agua lo incluya. 

Los que frecuentan la carretera entre Villaluenga y Grazalema se habrán percatado que justo al dejar el pueblo payoyo y a mano derecha se ven una especie de pozos de ladrillo, unos más grandes y otros más pequeños, pues bien, como se puede leer en el artículo de Alejandro Pérez Ordóñez, estos pozos son la parte visible de un acueducto subterráneo de origen árabe, también llamado "Qanat". El mencionado artículo aporta mucha información sobre esta infraestructura hidráulica y recomiendo al que quiera saber más, su  detenida lectura.

El acueducto subterráneo de Villaluenga tiene 16 registros o pozos pequeños y 4 alcubillas más grandes de forma octogonal que han llevado el agua a la fuente principal del pueblo hasta no hace mucho. Estaría bien que las autoridades considerasen la restauración de esta infraestructura siguiendo criterios respetuosos con el patrimonio antes de que el efecto del tiempo y el abandono vaya deteriorándola aún más.
  
Con este artículo muestro un recorrido que se puede hacer a modo de cómodo paseo, por unos lugares con un paisaje francamente excepcional.

El punto de partida puede ser la fuente principal del pueblo, desde aquí hay que seguir paralelamente a la carretera en dirección a Grazalema, hasta llegar al parque de la Albarrada, que en el pueblo se conoce como el Albarrán, en este parque ya se pueden contemplar dos registros del acueducto, uno próximo a una vivienda junto al Museo del Queso y otro en el extremo oriental de este parque (que ha sido reconstruido recientemente).


Desde aquí, si se atraviesa la carretera se puede contemplar otro registro más, otros dos quedan englobados dentro de las instalaciones del Hostal (ahora abandonado) y de la piscina municipal. Sin embargo, a pesar de saltarme una parte del trazado, el paseo que muestro en este artículo sigue desde el parque Albarrán hasta cruzar la carretera a Grazalema un poco más adelante, para lo cual hay que seguir un camino de tierra que parte desde el lado izquierdo de la carretera muy cerca de la entrada al pueblo, pasamos junto a una cabreriza (que se deja a la izquierda) y continuamos de nuevo hasta  llegar a la carretera, una vez la cruzamos y a pocos metros vemos un camino de tierra que baja hasta la zona que se conoce como La Mina, desde este camino vemos dos alcubillas o pozos grandes, uno situado a la izquierda del camino y próximo a la carretera y otro más abajo.




A partir de la segunda alcubilla continuamos por un camino que discurre paralelo al arroyo Albarrán y luego a un muro de piedra, a nuestra izquierda podemos ir viendo distintos registros. Aviso que durante el camino nos vamos a ir encontrando distintas angarillas que hay que ir cerrando una vez que pasamos para que no se salga el ganado. Se continua el paseo siguiendo los registros....


Como se puede ver en la siguiente foto algunos están muy deteriorados...


Conforme subimos por la ladera se obtiene una perspectiva muy interesante en la que se aprecian 7 registros pequeños, más una de las alcubillas grandes, llama la atención la perfecta alineación de 6 de los pozos pequeños y la alcubilla grande, el único elemento que estorba y afea el paisaje es la estructura de vigas rojas del polideportivo (obra que esperemos algún día se termine, de momento lleva años parada).


El camino continua junto a un muro de piedra en el que se puede apreciar algún ejemplar de almendro como el de la foto, con troncos que salen entre la grieta de dos rocas.



En las parcelas vecinas existe un variado arbolado: pinos carrascos, chopos, olivos, nogales, almendros, perales,...En la foto siguiente se ve uno de los registros junto a un chopo, Populus alba.


Otra vista de un grupo de chopos con su característico color otoñal, en la esquina inferior derecha se aprecia un registro al que se le ha caído el techo.


Si se continúa el camino paralelo al murete se llega a otro camino mayor, si lo tomamos a la derecha éste nos lleva hasta unas antenas y además permite ver más de cerca a otra de las alcubillas (la situada a una cota más alta), si se continua a la izquierda podemos tomar un camino que nos lleva al Puerto de Pedro Ruiz (foto de abajo).


Una vez llegamos al puerto mencionado, volvemos al pueblo por el camino de Las Glorietas, camino que comienza siendo de tierra pero que pronto pasa a ser un camino empedrado idóneo para pasear, éste es transitado a diario por un rebaño de cabras que moldean la vegetación como si fueran podadoras naturales, en la foto siguiente se aprecia un grupito de encinas a la izquierda y otro de acebuches a la derecha, en ambos se aprecia el efecto de las cabras.


Desde el camino de Las Glorietas se pueden ver los lugares por los que hemos transitado. En esta foto muestro la última de las cuatro alcubillas con que cuenta el acueducto subterráneo.


En la siguiente foto se ve el punto del camino donde deja de ser empedrado y pasa a ser de tierra. Las bolitas negras que se ven en el camino no son "conguitos"...


Cabras volviendo a las cabrerizas pasando junto a una piedra grande que calló de los tajos de la sierra Peralta creando una especie de dolmen.


Las cabras no sólo le hincan el diente a encinas y acebuches, también le dan un podado a los espinosos majuelos (Crataegus monogyna)  y...


...y al aladierno (Rhamnus alaternus).


Una vez llegamos a este eucalipto que se ve a continuación ya estamos en el pueblo, fin de nuestro paseo.


Aquí pongo la ruta seguida en este paseo que se puede hacer prácticamente en cualquier época del año (en verano se recomienda hacerlo por la tarde cuando el calor mengua o como decimos por aquí "a la fresquita").

jueves, 26 de noviembre de 2009

La sima de Villaluenga en otoño

La Sima de Villaluenga se encuentra muy cerca del pueblo, todo el que visite Villaluenga no debe dejar de visitar esta sima, pero sin duda el mejor momento con diferencia es el otoño, la razón es bien senclla, la variedad de matices que presenta la Sierra de Las Viñas es impresionante: almendros, cornicabras, majuelos, arces de montpellier y alguna que otra higuera cubren la gama de los rojos, ocres y amarillos, mientras que acebuches y encinas aportan distinta gama de verdes. La foto es del 21 de noviembre de 2009.

jueves, 19 de noviembre de 2009

Las encinas centenarias de La Manga II

He decidido añadir una segunda parte del artículo de las encinas de La Manga debido a que hice muchas fotos el 1 de noviembre y quería completar de alguna forma el primer artículo. En esta ocasión voy a exponer el itinerario seguido a modo de pequeño paseo.










El mirador de El Cintillo es una de las infraestructuras con las que cuenta el Parque Natural, desde el se puede ver justo debajo el área recreativa del mismo nombre y que cuenta con aparcamientos y merenderos y algunos ejemplares de acebuches que también son dignos de admiración (dejo en tareas pendiente hacer un artículo sobre estos acebuches). Desde el mirador se obtiene una panorámica muy buena de las sierras que rodean Ubrique como la Sierra de La Silla que se ve al fondo...



El coche se puede dejar aparcado junto al mirador de El Cintillo...

A pocos metros en dirección Villaluenga se puede ver un trozo de calzada romana (la Manga ha sido a lo largo de la historia una importante vía de comunicación), si se sigue por esta calzada se comprueba que la carretera "se come" a esta calzada. Más adelante se cruza la carretera y se pueden ver los troncos secos de algunas de las encinas que perecieron en el incendio de julio de 2006.





Si se continua paralelamente a la carretera se comprueba que algunos ejemplares de encina siguen vivos a pesar de estar huecos e inclinados, los que como yo sean aficionados a los bonsais podrán ver buenos modelos naturales que han sido moldeados por factores naturales....



El pequeño paseo para ver estas singulares encinas finaliza al llegar a la encina seca que está justo al borde de la carretera...recomiendo seguir andando hacia Villaluenga y contemplar el paisaje. Recuerdo que con 20 años recorrí La Manga con un walkman (de los de casete de toda la vida, entonces no había mp3 ni ipod) escuchando Shine in your Crazy Diamond de Pink Floyd y fue una experiencia mística...




miércoles, 18 de noviembre de 2009

Lirios en noviembre Iris planifolia

El mes de noviembre es el mes de los lirios, no hay prado en los alrededores de Villaluenga por donde no florezca Iris planifolia. Hay otros lirios que florecen en otras épocas como Iris xiphium que es más esbelto y florece en primavera (mayo) o Iris sisyrinchium, que es más pequeño y florece en abril. En cualquier caso los Iris planifolia son indicativos de que comienzan los fríos, pero con las temperaturas tan cálidas que estamos teniendo resulta un poco extraño....

martes, 10 de noviembre de 2009

Las encinas centenarias de La Manga I



Cuando se va de Benaocaz a Villaluenga, pasada el área recreativa de El Cintillo, la carretera da un giro en una  curva de pronunciada pendiente y entonces la dirección cambia de Norte-Sur a Este-Oeste y el visitante se adentra, casi sin darse cuenta, en uno de los más espectaculares paisajes que se pueden ver en la sierra de Cádiz, La Manga de Villaluenga, que no es más que un enorme pasillo natural encajado entre dos sierras impresionantes, la del Caillo al Norte y el Chaparral al Sur. Este paraje goza de protección dentro del PORN del Parque Natural de Grazalema por su excepcional valor paisajístico. Lo que quizá también llame la atención del visitante es que en La Manga apenas hay árboles, en el extremo oriental, ya cerca de Villaluenga se pueden ver unos pocos ejemplares de almendro de gran porte y, en el extremo occidental, cerca del mirador del Cintillo se pueden (o casi mejor decir se podían) observar unos magníficos ejemplares de encinas centenarias que son las que voy a tratar en este reportaje.


En concreto se trata de entre 20-30 encinas situadas en la ladera Norte del cerro del Atochar y que están muy próximas a la carretera. No son unas encinas cualquiera, seguramente algunas de ellas dieron sombra  a bandoleros en los tiempos de José María el Tempranillo y vieron pasar tropas napoleónicas hace doscientos años. Lo cierto es que resistieron durante todo este tiempo a las inclemencias del tiempo, al hacha y a los incendios. La vejez de estos ejemplares se aprecia en dos indicios claros, el interior de los troncos está hueco, ya que la madera muerta del interior se pudrió y/o ardió en distintos incendios hace ya muchos años, la otra prueba de la vejez es que la unión del tronco con el terreno ha quedado descubierta en muchos lugares debido a que se desprendieron las rocas que lo sustentaban, quedando a la luz unas raíces con formas de "garras" a modo de patas como se puede ver en las siguientes fotos.




En la foto aérea del famoso vuelo americano del año 1956, ya se aprecia este grupo de encinas, incluso se puede ver que había algunas más que las que se ven en la otra foto de octubre de 2002.


Fotografía del "vuelo americano". Año 1956. (Fuente: CMA Junta de Andalucía)



Fotografía aérea del 2 de octubre de 2002 (Fuente Google Earth)

Llama la atención, al comparar ambas fotografías, como se ha ido formando bosque (fundamentalmente encinas y acebuches) tras cincuenta años en la ladera solana de La Manga, pero es que a mediados del siglo XX la presión que había sobre las especies forestales del monte era mucho mayor que la que hay ahora, aquellos eran tiempo de carbón y leña, a medida que el uso del gas y de la electricidad se hacía extensivo disminuyó la presión sobre el monte y el carboneo cayó en decadencia.

La tragedia para estas encinas llegó un 12 de julio de 2006 cuando se originó un incendio en La Manga, léase con sarcasmo lo de "se originó" ya que realmente el origen del fuego tiene nombres y apellidos y anda a dos patas, el caso es que en plena ola de calor y con fuertes vientos, gran parte del matorral y pasto de La Manga ardió en un voraz incendio que también se llevó por delante algunas de estas encinas centenarias. En aquel año aprovechando el puente del Pilar estuve por allí e hice estas fotos a los tres meses del incendio (fotos del 13/10/2006),




Se observa como algunos de los árboles está calcinados y como el suelo está desnudo sin matorral ni pasto alguno. Menos mal que las primeras lluvias hicieron su aparición y de nuevo brotó la vida, en la siguiente foto se aprecia las hojas de una cornicabra que brota entre los ramas calcinadas de lo que un día fue el matorral del sotobosque del encinar. Recuerdo que ese día se me tiznaron los pantalones mientras hacía las fotos...















La siguiente es un panorámica de La Manga en la que se puede apreciar qué pies de encinas se vieron afectados por el incendio (de color marrón) y cuales no (de color verde).


Lo cierto es que tres años después del incendio lo que muestro a continuación es lo que queda de muchos de los ejemplares que allí habitaban (las fotos son del 1 de noviembre de 2009). Es desolador ver el esqueleto hueco a modo de chimeneas de árboles centenarios. Sirva este artículo como homenaje a las últimas encinas supervivientes por haber aguantado el envite del tiempo y de la acción del hombre, con el deseo de que sigan acompañándonos por muchos años más...

















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Este es uno de los que más llama la atención, parece tener dos brazos y un aspecto tétrico, es cuestión de tiempo que sus ramas se caigan y el tiempo lo borre, así que para no hacer un cierre muy triste mejor terminar con una imagen esperanzadora...la de la encina luchadora que aun derribada, quemada, hueca y retorcida...sigue brotando.