Por Villaluenga del Rosario y alrededores hay distintas y variadas manifestaciones prehistóricas, así estarían los grabados y cerámicas de las cavidades VR-7 y VR-8 del Neolítico y de la Edad del Bronce, las pinturas rupestres de la cavidad VR-15 del Paleolitico Superior (Solutrense), el Haza de la Sima del último periodo interglaciar, así como distintas piezas halladas en la Sierra de Líbar adscritas al Calcolítico. Todo lo anterior me sirve de introducción para hacer una afirmación bastante simple pero no menos crucial, que es que la ocupación humana (y en su tiempo también la Neandertal) lleva varios milenios habitando el territorio adyacente a Villaluenga del Rosario. Los pobladores que habitaban las cavidades de La Manga debían desplazarse a sus terrenos de caza y, en este sentido, los grandes poljes de los Llanos del Republicano y de Líbar debían de tener su papel de fuente de recursos, por eso es también normal que aparezcan en estos poljes, estructuras megalíticas ligadas a enterramientos prehistóricos, así se pueden citar por la zona, en el extremo occidental de los Llanos del Repúblicano el dólmen de
Patagalana, ya más alejados, en el término municipal de Montecorto otro dolmen que ha salido en este blog, el
Dolmen del Chopo o de la Giganta, datado en la edad del Cobre (4.000 años), y cercano a éste el
Dolmen de Buendía. Pero no acaba aquí el registro de megalitos serranos, a los citados habría que sumar los famosos dólmenes del Charcón (próximo al Gastor) o el de Alberite (Villamartín) y Juncal (en Ubrique), y a esta lista habría que sumar un modesto dolmen poco conocido y próximo a Villaluenga, el conocido como Dolmen de la Encina situado en los Llanos del Republicano, a continuación muestro unas cuantas fotos realizadas el pasado 1 de mayo. Información sobre este dolmen no he encontrado mucha, sólo que fue descubierto por Antonio Benítez, y algunos comentarios de que algunos más que dolmen, querían ver un corral de piedras para el ganado, lo cierto es que tiene la estructura típica de dolmen, con ortostatos de distinto tamaño bien dispuestos en el terreno, aunque también es cierto que aparecen piedras pequeñas de muros piedra ya derruidos y realizados en tiempos más recientes.
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Dolmen de la Encina desde la zona de entrada que debía estar abierta |
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Parte posterior del dolmen o cabecera con un gran ortostato de cierre. |
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Las encinas que aparecen en el lateral son las que dan nombre al dolmen. |
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Dos de los ortostatos laterales más próximos a la encina |
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Los tres ortostatos de cabecera desde una vista lateral |
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En el otro lateral un ortostato de color blanco de menor tamaño y anchura permanece bien clavado al terreno, entre éste y el de cabecera existe un hueco donde antes debía de haber otra piedra. |
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Aquí el ortostato mencionado en primer término, junto al que crece el altramuz, Lupinus micranthus |
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Y curiosamente, entre los troncos de las encinas, se observa una gran piedra plana que bien podría ser uno de los ortostatos desplazados del dolmen o incluso alguna de las cobijas. |
3 comentarios:
No hace mucho, en un paseo por Campobuche encontramos unas piedras hincadas y dispuestas de forma sospechosa. Esas piedras siempre han estado allí como las de este Dolmen de la Encina, que parecían, como dices, restos de un muro. Podría ser otro dolmen mas para la colección serrana. A ver si un experto nos acompaña un día y nos da su opinión.
Efectivamente José Manuel, deben de haber más como este por la zona, será cuestión de tiempo que se encuentren más...
Decidido. Aprovechando que todavía no llegan los calores este sábado nos vamos acercar a ese dolmen de la Encina y al ciervo grabado que me pasaste hace tiempo en el alcornocal. Gracias Selu por dar ideas.
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