En el área recreativa de El Cintillo, entre Benaocaz y Villaluenga, se puede contemplar una encina espectacular, su tronco debió de ser bastante ancho, lo que pasa es que como muchas de la zona, su antigüedad ha propiciado que el tronco se haya quedado hueco, en este hueco caben bien una o dos personas. Bajo su gran copa hay dos mesas con asientos de madera, por lo que es un buen amigo de los domingueros, ya que da buena sombra. Cuando hice las fotos, debido a que el sol estaba alto, había unos contraluces muy fuertes bajo el árbol y las fotos no me salían bien, la única solución que se me ha ocurrido es pasarlas a monocromo (blanco y negro o sepia). Aquí muestro los resultados:
Arriba la encina en cuestión, aparentemente parece una encina más, pero se puede intuir lo grande que es comparando el árbol con las mesas que hay bajo su copa. Y a continuación la serie "artística" del tronco.
2 comentarios:
Esa encina siempre me ha encantado. Hay muchos árboles de la sierra que han significado mucho para todos nosotros: los domingos de paseo con mis padres, las marchas por la sierra con los amigos, los paseitos con los hijos... Toda una vida.
Estupendas las fotos, tienen un aire antiguo que será el que me ha hecho recordar tantos años.
Saludos,
Esperanza
Muchos árboles están ligados con la historia de cada persona, en mi vida hay árboles importantes como el olmo de la Albarrá, las encinas de Las Covezuelas o aquel chaparro en Arcos, que ya no existe, donde mis primos, hermanos y yo nos columpiábamos de pequeños...
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